Black Metal o caminando por sendero de sombra de muerte

 Por Juan Cabezuelo.


Adentrarse en el Black Metal es meterse de lleno en aguas pantanosas, pues ya hasta la procedencia de sus orígenes está llena de controversia. Para muchos el Black Metal comienza en Noruega durante la década de los noventa, pero ese dato proviene de la relevancia que tuvieron los hechos a los que están sujetos dicha procedencia y margen temporal. Sí queremos hablar del verdadero comienzo, del origen original de este estilo musical, debemos viajar un poco más atrás de mil novecientos noventa, pues antes del Black Metal existe el Death Metal, y antes de este el Thrash Metal y antes de este el Heavy Metal. Sé que para los adeptos más acérrimos al Black Metal les joderá que alguien les diga que sus raíces se encuentran en Grupos como Black Sabbath, eso locos hippies oscuros que con su sonido eléctrico y polémicas letras revolucionaron el mundo del Rock creando uno de los estilos que daría pie a toda una cultura a nivel mundial: el Heavy Metal.
 
Abigail 
Después de que Black Sabbath hiciera saltar el tapón haciendo que se colase por el agujero del desagüe a lo poco del hippismo que a duras penas mal sobrevivía , toda una ensalada de grupos empezaron a salir a la luz en los siguientes años, Iron Maiden, Helloween, Metal Church, Judas Priest, etc. Pero no todo fue Heavy Metal, y otro estilo radicalizado del Rock tuvo mucho que ver con el nacimiento del Black Metal, y este fue el Punk.
   El Punk recogió a toda una juventud marginal dándoles la herramienta que necesitaban para poder vomitar al mundo toda su rabia y mala hostia; anarquismo, nihilismo, antimilitarismo, desobediencia, todo tenía cabida —y la sigue teniendo— en las letras de sus canciones, pero el Punk no es solo música, el Punk es aptitud, la rebeldía se muestra en la forma de vestir —tachuelas, ropa rota, crestas, cadenas— de comportarse e incluso de organizarse.
   A partir de aquí, la mezcla de estilos abre una infernal puerta a toda una ensalada de movimientos, y la creación de Motörhead por Lemmy Kilmister da pistoletazo de salida a una carrera que hoy en día aún no ha finalizado.
   Pero no seguiremos contando la historia del Heavy Metal y todos sus derivados y nos iremos acercando un poco más al tema que nos interesa, el Black Metal. Sus orígenes más cercanos los podemos señalar en grupos como Venom. Las letras de índole satánico, la estética radicalizada, el sonido rápido y la voz rasgada de su cantante Cronos fueron un buen gen para el Black Metal, a parte de comentar que el título de su segundo álbum “Black Metal” es el que le da el nombre al movimiento en el futuro. Bathory fue otro grupo fundamental para el Black Metal, Sus primeros discos, el sonido de bajo presupuesto y la voz de su vocalista influyeron mucho, como también lo hicieron Hellhammer, Celtic Frost, Sodom, Kreator, Destruction, Slayer o Sarcófago —por mencionar algunos  ejemplos—. Todos ellos distintas partes del mundo, y teniendo en cuenta que estamos hablando de una época en la que internet o no existía o estaba en sus comienzos no comerciales, el mérito de estas bandas por darse a conocer a todo el alrededor del globo terráqueo no tiene igual.

Salva Rubio escribe en su libro Metal Extremo. 30 años de oscuridad: "El Metal Extremo es a la música popular lo que la música clásica contemporanea a la música clásica"; no podría estar más de acuerdo con él.
   El Black Metal es un estilo musical que nunca contará con una aprobación masiva del público —de ahí su grandeza—. Para empezar, instrumentalmente es una pesadilla para mentes cerradas o de gustos que no van más allá de la música que las multinacionales nos venden o nos adoctrinan para consumir. Sus guitarras son rápidas, repetitivas, machaconas, con ausencia de solos virtuosos ni mamarrachadas que no aporten nada al tema. La batería es una verdadera metralleta disparando contra todo aquel que ose cruzarse en su camino. El sonido del bajo puede pasar casi inapreciable, pero el oído bien entrenado no dejará de escucharlo y la voz, rasgada, aguda, cruda y cruel, como salida de una psicofonía grabada en plena noche en el más perturbado de los cementerios, nos congela la sangre con sus chillidos salidos de lo más profundo del sufrimiento humano.
   Con esta discreta descripción ¿Quién querría escuchar algo así? Os estaréis preguntando. El Black Metal es un estilo musical con una gran dosis de sensibilidad, pero claro, todo depende de qué entiende cada uno por ser sensible, si para ti la sensibilidad es dar likes a vídeos de gatitos monos, pues puede que te cueste entender esto.

Lo primero que nos llama la atención del Black Metal, antes que su sonido o las letras de sus canciones, es su estética, El negro abunda por doquier, cuero, muñequeras de pinchos —hasta alcanzar en ocasiones la imposibilidad—, cadenas, cruces invertidas y toda clase de parafernalia satanista, cinturones de balas, tachuelas, etc. Los miembros de sus bandas suelen llevar la cara pintada con lo que se conoce con el nombre de corpse paint, la cara pintada de blanco con toques negros más o menos marcados, Pero hay que puntualizar que antes de que existiera el Black Metal grupos como Mercyful Fate y su vocalista King Diamond, Alice Cooper o Misfits ya utilizaron ese tipo de maquillaje; siendo Euronymous y Dead —seudónimos del guitarra y del cantante de la banda Mayhem— quienes lo utilizaron por primera vez en el Black Metal y siendo utilizado todavía de forma habitual hoy en día.

Las letras del Black Metal suelen hablar sobre satanismo, ¿Qué tiene que ver esto con la sensibilidad? Ningún miembro de ninguna banda de Black Metal es satanista en realidad, ninguno de ellos realiza misas negras, ha pertenecido a la Iglesia Satanista de Anton Szandor LaVey  ni nada por el estilo. La utilización del satanismo se debe al rechazo por  las religiones Abrahamicas que barrieron todas las demás religiones y
Skuggeheim
creencias de todo el planeta a base de imponerse a la fuerza y expandiéndose por toda la faz de la tierra como un cáncer. El Black Metal reivindica recuperar las antiguas raíces paganas de cada territorio. De ahí que muchas de sus letras también traten sobre este tema, y en ellas nos encontremos odas a los ciclos naturales, el politeísmo, la tierra como madre, la sangre, la fuerza, la unión. Otras cosas que podemos encontrar en el Black Metal es el amor por la naturaleza, eso nos hace entender por qué la misantropía forma parte de su temática y/o filosofía, pues ¿Acaso no es el ser humano un mal mayor con su superpoblación, contaminación y explotación masiva de los recursos naturales? También son muy comunes temas como el odio, el nihilismo, la melancolía, la muerte, el pesimismo, el ocultismo, el misticismo, la guerra, las patologías metales y todo tipo de temas que las personas intentan esconder, considerarlos tabú o no bien vistos pero que los músicos de Black Metal tratan con total normalidad, pues son temas que no dejan de estar y pertenecer a la naturaleza humana, nos guste más o menos o por mucho que queramos hacer ver que no existe.

Encuentro en el Black Metal el romanticismo de todo aquello que no quiere ser y que es al mismo tiempo. Me gusta la ideología de aquellas primeras bandas que se negaban a tocar en directo porque opinaban que los conciertos eran una forma de socializar y el Black Metal estaba en contra de ello; también todos aquellos que nunca abandonaron su anonimato tras sus pinturas cadavéricas y seudónimos infernales, y sobre todo, esos verdaderos hombres orquestas que sacaban discos donde ellos solos cantaban y tocaban todos y cada uno de los instrumentos. Otras de las cosas que más aprecio del Black Metal es que sin abandonar el estilo que lo diferencia de otros estilos de Metal, es uno de los más abiertos a la experimentación, mezclando, órganos, folclore, sintetizadores, etc, pues el Black Metal es algo más que música, el verdadero Black Metal es pura y dura ambientación, de ahí que en sus principios se apostara por una producción y  posproducción de baja calidad para conseguir ambientaciones frías o angustiosas. Para poner un ejemplo citaré a la banda Summoning, que con su sonido es capaz de transportarnos a la mismísima Tierra Media De John R. R. Tolkien.
Cradle of Filth
   A mí, personalmente, me gusta escuchar El Black Metal por los auriculares —audífonos para los lectores de Sudamerica—, me gusta alcanzar este grado de intimidad con la música y sumergirme de lleno en sus ambientaciones; su sonido me ayuda a relajarme, a concentrarme y a ser mucho más creativo, y como acabo de mencionar, lo utilizo cuando no quiero socializar, que suele ser el 99% de mi vida.

Escucho todo tipo de Metal: Heavy, Thrash, Death, Grindcore… También otros tipos de música, como el Punk, Hardcore, rock… E incluso otros estilos musicales que no tienen nada que ver con el Metal; pero una cosa es segura, y es que con la edad, cada día entiendo y me siento más identificado con el Black Metal.
   Podría profundizar más en este artículo y hablar sobre lo que se conoce como Primer movimiento, Segundo movimiento y el actual Tercer movimiento del Black Metal; Podría haber indicado fechas, nombres de bandas o podría escribir sobre sus subgéneros: atmosférico, cristiano, melódico, etc.   Incluso sobre sus fusiones con el Doom, Folk... Pero esto no pretende ser un ensayo sobre Black Metal  ni yo soy un experto del tema, tan solo he pretendido  hacer un acercamiento a este estilo musical.