"Swords Of Dajjal" de NECROWRETCH

 Por Francisco Santos Muñoz.


Portada del álbum.



NECROWRETCH "Swords Of Dajjal"


«No se sirvió de señas ni de palabras para hablarme, sino de la melancólica invocación del silencio.»

Robert Howard, Los dioses olvidados por los hombres.

Este disco de los putos franceses Necrowretch todavía no está al alcance de sus acólitos, pero han adelantado tres canciones:
Dii Mauri, Ksar al-kufar y Numidian knowledge.

Como se ve por los títulos han estado estos artesanos del Black Metal sumidos en el escrutinio del antiguo reino de Numidia, famoso por su primer rey, Masinisa, uno de esos hombres extraordinarios que dejan una leyenda tras de sí que los confunde con dioses casi, por sus temibles mercenarios, que los cartagineses gustaban de contratar para resolver sus mierdas, y por su misticismo, que ha dejado más misterios que hechos contrastados por historiógrafos... Personalmente siempre me he sentido muy cercano a los númidas, ya que nací en el norte de África, donde ellos florecieron y eventualmente fenecieron... Mas los dioses, Dii Mauri, ¡tardan más en morir y ser olvidados que los hombres!

«Vida o muerte, ¿qué me importa que venga una u otra después de descargar los rudos golpes y ver correr la roja sangre?»

H. R. Haggard, Quatermain.

Es importante para que un disco de Black Metal deje el poso filosófico que es inherente a esta música de dioses (gloriosa, oscura, puerta mágica que permite entrar al escucha a la antesala de toda maravilla) elegir un tema glorioso, oscuro y que pueda servir de puerta para entrar a la antesala de toda maravilla; permítanme decirles que el reino de Numidia es una elección perfecta y maravillosa, como lo fue Grom (trueno en polaco) en su día para Behemoth, un disco cuya atmósfera es en cierto modo semejante a la que nos presentan Necrowretch en estas tres avanzadillas.
   Ay! La atmósfera lo es todo.

«Habíanse producido muchos prodigios y señales, y de todos los lados, en la tierra y en el mar. No obstante, quienes entendían en la ciencia de los astros, no ignoraban que los cielos tenían una apariencia funesta.»

E. A. Poe, Sombra.


Los ritmos son tan contundentes como siempre en Necrowretch, pero más variados, lo que deja intuir que el disco completo va a ser sin duda su mejor obra hasta la fecha, como sucedió con ese paso de gigante que dieron Borknagar al publicar su Winter Thrice (que por cierto está al caer un nuevo disco de ellos también, del que ya hay una canción publicada: Nordic Anthem).
   Los temas me han retrotraído al Black más clásico, con esas líneas melódicas machaconas perdidas en una armonía como los pasos de un ejército sombrío resonando en el valle de la muerte; la voz: maravillosa: el quejido tonante de un dios olvidado, mas no muerto.
   En fin: mierda de la buena. Escuchadlo, bastardos.